25 ago 2009

Las humedades en los edificios institucionales

¿Quién diseñó el sistema de sumatorias que abrumó de tareas a los presidentes de mesa? Ahora, el tema está otra vez en la escena de la discusión pública. Por Valeria Brusco.



Como los arquitectos, cuya responsabilidad por las humedades de la casa que construyeron dura 10 años, los artífices de estructuras institucionales en Córdoba parecen estar acercándose al fin de la década con reclamos, pero contra ellos mismos.

Hace 10 años, uno de los principales arquitectos constitucionales construía edificios que parecen hoy mostrar las fallas de origen. El carácter paradójico de la situación es que ese arquitecto está viéndose perjudicado por las deficiencias de sus propias obras.

Durante estos 10 años, la etiqueta PJ se diluyó toda vez que se utilizaron sumatorias, alianzas y demás. Esas sumatorias permitieron que distintas agrupaciones; sin importar sus programas, doctrinas o principios fundantes fueran una cooperativa de movilización electoral. Múltiples boletas sumadas para mejor cosecha.

Esas lábiles uniones, sumatoriadas, probaron sus limitaciones. Si no hay partido, no hay disciplina ni lealtades ni consecuencias previsibles en la acción y devienen rápidamente las fragmentaciones.

Ello por el lado de la organización partidaria. Ni hablar del votante y la necesidad de operaciones algebraicas a la hora de votar, ya que se dificulta decidir quién representa qué ideas. Prueba de ello fueron, en las últimas elecciones, las apelaciones al “ser peronista” que debieron hacer los tres candidatos a senadores nacionales por distintos frentes, todos originarios del partido de la justicia social. Para uno, era Huguito, el del barrio, para otros era el peronista más cordobés de “lo que es de Córdoba”´ y para otro era el modelo puntano. (Cabe aclarar que la sumatoria no sólo fue una estrategia empleada por Unión por Córdoba)

Ahora, a posteriori de una Ley de Reforma Política –producto del trabajo de una comisión que gastó 187 mil pesos y que indicaba que las sumatorias no eran recomendables–, el apoderado del PJ Domingo Carbonetti sostiene que el sistema que sí se volvió a aplicar en junio de 2009, no funcionó bien. Se sostiene que es evidente que por error de los presidentes de 109 mesas no se consignaron los votos de Eduardo Mondino en el renglón de Unión por Córdoba, sino en el lugar que ocupaba la etiqueta PJ.

La realidad más allá. Pero, a veces parece que la realidad fuera más allá de ella misma: ¿Quién exprimió y aprovechó el sistema de sumatorias, según el cual los presidentes de mesa debían encargarse de cuidar votos, cortar boletas de siete partidos diferentes, apilarlas de un lado para senadores, de otro para diputados y consignarlas en los renglones correspondientes, todo ello sin confundirse?

¿Puede quejarse el arquitecto de que el albañil hizo una pared torcida si le pidió además que tendiera los cables de electricidad, pintara las chapas del techo y mientras tanto, recibiera el camión con materiales?

Celebro que estas disputas se hagan públicas porque nos permiten evaluar las opiniones "políticamente correctas" sobre la reforma tan a menudo enunciada en contraste con la realidad descarnada de los votos que no alcanzan. Y cuando esos votos no le alcanzan al que va con el caballo del comisario, hay mayor repercusión y, esperemos, mejor ventana de oportunidad para incidir en verdaderas reformas.

© La Voz del Interior