por
Marcelo Nazareno, Susan Stokes y Valeria Brusco
(Próximo a salir en Desarrollo Económico)
Junio de 2006
Solicitar versión completa a valeriabrusco@ciudad.com.ar
Los ciudadanos y académicos latinoamericanos advierten sobre el patronazgo, el clientelismo y la distribución particularista de los recursos públicos. Varios estudios en Argentina detectan tal discriminación en el reparto pero dejan algunas preguntas clave sin responder. Cuando los gobiernos discriminan, ¿favorecen a sus bases leales o a votantes marginales, quienes alterarían su voto a favor del partido del gobierno a cambio de un pequeño pago? ¿Cuáles son las consecuencias electorales del patronazgo y del clientelismo? En un sistema federal, ¿los votantes dan crédito a los actores políticos nacionales o a los actores locales que son quienes distribuyen los beneficios? Utilizando una base ecológica original que comprende más del 60% de la población nacional y en la cual cada observación corresponde a un municipio, ofrecemos respuestas a estas preguntas. Estudiamos el gasto en personal por parte de los gobiernos locales y la distribución de fondos del Plan Trabajar entre los municipios, como así también las consecuencias electorales de ambas formas del gasto. Nuestros mayores hallazgos son 1) que las autoridades argentinas hacia fines de los años ´90 siguieron una estrategia de manipulación del gasto; 2) esta estrategia fue la de tratar de ganar al votante marginal antes que beneficiar a los votantes leales; y 3) a veces tales gastos incrementaron el apoyo electoral hacia el gobierno oficialista local, pero a veces no tuvo ningún efecto o hasta disminuyó el apoyo electoral. De ahí los peligros electorales del gasto. Este último resultado nos lleva a reconsiderar teóricamente los tradeoffs o lo que llamamos la movilización negativa que puede resultar del patronazgo y el clientelismo.